El 26 de junio, el Banco Central de Bolivia (BCB) en coordinación con la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) y la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) mediante Resolución de Directorio 082/2024, de 25 de junio de 2024 dejó sin efecto la Resolución de Directorio 144/2020, de 15 de diciembre de 2020, habilitando, de esta manera, el uso de canales e Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP) para operaciones de compra y venta de activos virtuales.
La medida busca aliviar la presión por la escasez de dólares en el país y mejorar las transacciones en moneda. Sin embargo, el BCB enfatizó que los activos virtuales no son moneda de curso legal y que no existe obligación de recibirlos como medio de pago, y que los riesgos inherentes al uso de criptoactivos serán asumidos por los usuarios.
Cabe aclarar que el comercio de y con criptoactivos no estaba prohibido en Bolivia, pero lo que prohibía la Resolución de Directorio 144/2020 era la utilización de canales e instrumentos electrónicos de pago sus operaciones, es decir realizar transacciones de activos virtuales a través del sistema financiero nacional.
Aunque, antes de la autorización del BCB, varias operaciones con criptomonedas en Bolivia se consideraban ilegales, lo que generaba "persecución judicial" por parte de la UIF y la ASFI que ordenaba el congelamiento de cuentas bancarias de quienes habíamos utilizado el sistema financiero en una operación de criptoactivos.
La principal razón para la adopción de los criptoactivos es la creciente falta de confianza en los gobiernos y su manejo de la política monetaria que genera inflación (pérdida de poder adquisitivo) y su manejo de la política cambiaria que genera devaluación de las monedas locales.
Como ya lo dijimos en un artículo anterior, los criptoactivos son activos digitales que utilizan la encriptación como factor fundamental para proteger las transacciones y controlar la creación de nuevos activos digitales. El más conocido es Bitcoin, pero existen miles de criptoactivos con diversas funcionalidades y usos. Estos activos operan en redes descentralizadas, utilizando la tecnología blockchain para asegurar que las transacciones sean transparentes, seguras y, en muchos casos, anónimas.
Existen tres tipos de criptoactivos: las criptomonedas, que son unidades de valor por medio de las cuales se pueden realizar pagos o cualquier operación comercial, los tokens, que son activos digitales que pueden representar valores hasta productos financieros y finalmente los CBDC, que es el acrónimo de ‘Central Bank Digital Currency’, es decir, monedas digitales emitidas por bancos centrales.
En el caso de Bolivia, se estima que existen más de 250,000 ciudadanos bolivianos que usan criptomonedas. Justamente uno de los beneficios de la medida es que ahora se podrá registrar en las operaciones bancarias la compra y venta de activos virtuales, por lo tanto, pasará a ser parte de las cuentas nacionales y podremos saber el volumen de transacciones utilizando este medio.
Algunas de las principales ventajas del uso de las criptomonedas son: el alivio de la escasez de dólares, transacciones más rápidas y seguras, acceso a nuevos mercados, inclusión financiera, alternativas de ahorro y refugio de valor.
En todo caso, el comunicado del BCB ha permitido ver todo el ecosistema que existe en Bolivia en cuanto al uso de los criptoactivos, pero lo más importante es que la educación económica y financiera sobre los activos digitales pueda ser explícita, más allá de los esfuerzos que realicen las instituciones estatales, empoderando a los ciudadanos, ayudándoles a tomar decisiones informadas sobre su uso y los riesgos asociados.
Si bien no existe todavía regulación respecto al uso de los criptoactivos y el sistema financiero es el más conservador respecto a su uso, la inclusión de criptoactivos en el sistema financiero boliviano puede fomentar la diversificación del mercado financiero. Al permitir la compra y venta de estos activos, se abre una nueva vía de inversión que puede atraer tanto a inversores locales como extranjeros. Esto podría dar como resultado un aumento de la liquidez en el mercado y en la creación de nuevos instrumentos financieros.
Sin duda, el uso de criptoactivos puede impulsar la innovación en el sector financiero, sobre todo en las FinTech, que usando nuevas tecnologías y plataformas facilitaran las transacciones de criptoactivos, lo que a su vez puede mejorar la eficiencia de los servicios financieros en general. Esto es especialmente relevante en un contexto donde la digitalización es clave para el crecimiento económico.
Los criptoactivos ofrecen a los inversores la posibilidad de acceder a un mercado global, lo que podría dar como resultado mayores oportunidades de rentabilidad. Esto es particularmente atractivo para los jóvenes y los emprendedores que buscan alternativas de inversión más allá de los instrumentos tradicionales.
Finalmente, la creación de startups y empresas relacionadas con la tecnología blockchain puede generar empleo y fomentar el desarrollo de habilidades en la población.
A pesar de que los criptoactivos pueden brindar nuevas oportunidades, también existe el riesgo de que profundicen la desigualdad económica. Las personas con menos acceso a la tecnología o a la educación financiera podrían quedar excluidas de estos nuevos mercados, lo que podría aumentar la brecha entre diferentes segmentos de la población.
Columna originalmente publicada en eju.tv, rimaypampa, público.bo, asuntoscentrales y Economy
Comments